domingo, 1 de septiembre de 2013

Y SE NOS OLVIDARON LAS PERSONAS...

Me gustaría dedicar este post a todos los compañeros, ingenieros o no, que durante estos últimos tiempos han perdido su trabajo. Va por ellos, porque seguramente la gran mayoría haya tenido dudas de todo tipo sobre sus cualidades y capacidades. Para que no olviden que: lo importante son las personas. Son ellas las que hacen grandes a las empresas, y son ellas y, solo ellas, las que hacen grande a un país.

Durante os buenos tiempos de nuestra economía y de trabajo para todos (puede ser que ya no nos acordemos, pero ese tiempo existió y en muchos puestos éramos ideales y, no solo buenos, sino excepcionales) se pusieron de moda muchos conceptos como: recursos de personas, gestión de equipos y proyectos... No había empresa que no los intentara aplicar. Las buenas con un plan estratégico y algo de sentido común, y desde el convencimiento. Y las menos buenas, copiando o, mejor dicho, mal copiando a estas primeras. El problema es que las cosas que no se hacen desde el convencimiento acaban fallando al llegar los malos tiempos, como así ha ocurrido en muchos casos. Poco se les puede criticar, simplemente pienso que el fallo fue nuestro por no detectar a las primeras y caer en las segundas.


Como todos sabemos, en esos buenos años las empresas sólo pensaban en nuevas incorporaciones, había demasiado dinero en juego para dejarlo pasar de largo sin más. Era una carrera frenética, en la cual se colmaba de elogios a las personas que formaban las organizaciones y además, se les llenaba los bolsillos de pasta. Lo peor de todo, es que creo que nos creímos el cuento y pensamos que ese periodo iba a ser eterno.

Pero llego el principio del fin: desplome de la inversión en el sector con reducción de contratos, proyectos peor pagados, aumento de la competencia lo que hizo decrecer los márgenes... Esto llevo a las empresas a verse en la necesidad de reducir costes para seguir estando en el mercado.

Las primeras medidas no tardaron en llegar:

  1.  Ajustaron los márgenes de contribución. Para poder seguir compitiendo en un mercado cada vez más apretado, debieron ajustar sus márgenes y analizar sus cuentas de resultados para maximizar sus ingresos y minimizar sus costes.
  2. Reducción de los costes salariales. Debido a que un importe elevado de los costes, en este tipo de empresas, es el personal: se redujeron los sueldos, que durante los últimos años habían subido por encima de lo lógico, marcado por un mercado laboral loco.
  3. Eliminación de "grasa". Aunque suene mal el concepto, debido al rápido crecimiento de las plantillas, en las organizaciones se "colaron" un grupo de personas cuyo rendimiento era claramente mejorable. Creo que es positivo y una mejora para las firmas, que en los tiempos de desaceleración se aproveche para eliminar estos lastres y potenciar el verdadero capital humano de las compañías. Y esto lo hicieron rápido y sin problema, salvo por el coste económico asociado a los despidos.
 El problema es que estos ajustes no fueron suficientes para re-flotar “las naves” y hubo que tocar a las personas: cuyo “Know How” ha enriquecido a las empresas; cuyo valor añadido al producto final era muy superior a su coste asociado; cuya dedicación ha podido suponer, en algunos casos, toda una vida. A todo esto se le sumaba que la ley flexibilizaba las condiciones de despido, lo cual hacía que las empresas pagaran menos a los que más trabajo les costaba desprenderse de ellos y que, paradojas de la vida, más habían dado por ellas.
  
No nos olvidemos de esas personas, esas que tanto dieron a las firmas que se quedaron fuera del juego, a las que las cosas se le tornaron negras; a las que han llenado nuestras vidas profesionales con proyectos y obras ejemplares. Personas que caen en una situación para la que ni si quiera están preparadas; peor aún, ni imaginaban en sus peores pesadillas. Una situación en la que todo lo negativo se magnifica y las debilidades se acrecentan frente a las fortalezas. La sensación de que el suelo empieza a moverse y que la estabilidad es difícil de obtener se hace cada vez más presente. Y sin duda, surgen preguntas donde el sujeto responsable somos nosotros mismos: ¿Qué hice mal? ¿Por qué a mí?...

La respuesta es fácil: ¡menos mal que fue a tí! Somos tan buenos o mejores que antes del comienzo de la crisis, técnicamente y humanamente. Porque los malos momentos son los que nos ayudan a crecer, por ello: ahora, ¿qué o quién nos puede parar?

Debemos aprovechar la templanza adquirida para sacar lo positivo de estas vivencias. Y claro que somos mejores, hicimos nuestro trabajo, nos pagaron con una situación para la que nadie nos había preparado y encima saldremos adelante... ¿qué más se podía esperar?

Lo grande de las personas es que no hay ninguna situación que pueda con ellas, el prototipo del ser humano está demasiado perfeccionado. Por ello no temas las barreras, siempre podrás saltar mucho más alto que cualquier obstáculo que te encuentres en el camino.

Obviamente no me gusta generalizar con estos términos, porque sin duda que hay empresas que vieron lo que se venía encima y tuvieron previsiones o cuadraron a su capital humano como su valor más preciado. Serán estas las que, cuando vuelvan los grandes proyectos, nacionales o internacionales, estarán en primera línea, mientras el resto empezaran a contratar a fuerza de talonario, por lo que el circulo empezará de nuevo. Por ello no podemos olvidar saber detectar para que tipo de empresas trabajamos y que nos mueve, así no nos llevaremos a engaños.
"Las personas fueron, son y serán el alma de la empresas"

4 comentarios:

  1. Estas hecho un fiera redactando artículos!!...
    Esa faceta, sin gráficos, números, tablas o croquis de por medio, no deja de sorprenderme....a ver cuando te lanzas con uno de éstos !!!
    Pedazo artículo y pedazo artista. Olé, pantera!! Sigue así.

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    1. Hurti, gracias por el comentario...además si viene de tí con más razón...porque no sabía de tu sensibilidad,jaja. casi se me caen unas lagrimillas...
      La verdad que ya llegará alguno con números, ecuaciones y cosas engorrosas...pero quiero evitar aburrir con tanto rollo...pero pronto llegará alguno de estructuras.
      cuidate y gracias por tu comentario, me ha hecho mucha ilusión.
      un abrazo

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  2. No puedo estar en mayor desacuerdo que haya ocurrido esto que dices:
    «.....Se colaron" un grupo de personas cuyo rendimiento era claramente mejorable. Creo que es positivo y una mejora para las firmas, que en los tiempos de desaceleración se aproveche para eliminar estos lastres y potenciar el verdadero capital humano de las compañías.»

    Yo he visto todo lo contrario. Grandes profesionales que llevaban menos años en la empresa y que al ser más baratos de despedir fueron los primeros en caer. La rigidez del mercado laboral y los costes de despido imposibilitaron esa eliminación de grasa. Está claro que pagar 100.000 € a esas vacas sagradas que llevaban toda la vida en la empresa no se podía permitir y ahí estábamos otros más baratos de despedir por 10 o 20.000 €.

    En mi empresa he visto quedarse (incluso a disposición en casa y cobrando) a pésimos profesionales que ni ingenieros eran. Tal vez su mayor mérito hubiese sido ser "amigos" del jefe de grupo o del delegado por tener la suerte de trabajar juntos en la primera obra de ese jefe de grupo o delegado.

    Por tanto, no es lo que ha ocurrido y da mucha rabia que no se valore el mérito. Debe ser lo que llaman la #MarcaEspaña.

    José

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    1. Buenas tardes José, lo primero es darte las gracias por pasarte por el blog y dejar tu comentario. también pedirte disculpas por el retraso en mi respuesta.
      Sin duda estas cosas o temas depende de la experiencia de cada uno en las empresas por donde haya pasado, hay ejemplos de todo tipo: gente que lleva muchos años sin demostrar nada, jóvenes que no saben aprovechar su oportunidad...y gente muy válida, que puede verse afectada por la crísis siendo solo víctimas de la situación.
      por otro lado las condiciones de contratación están cambiando y el coste de los despidos está bajando, por lo que las situaciones que tu me cuentas, ya serán menos...con lo cual supongo que serán los buenos los que se queden en las empresas y se vayan los menos buenos.
      por cierto, lo de "los amigos" ha ocurrido, ocurre y ocurrirá siempre, así que no gastes energía en cabrearte con esos casos.
      un abrazo

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